2008 - NY Dia 14

Domingo 17:

Por la mañana teníamos que ir a un local llamado B&H, que son “los” especialistas en fotografía de toda la ciudad. Es un local que ocupa prácticamente media manzana y la idea era comprarnos una nueva camara de fotos para reemplazar a la querida Sony DSC60 que nos acompaña desde hace un par de años en todos los viajes que encaramos.

Es cierto que suena ilógico comprar una cámara el anteúltimo día, pero la idea era tratar de comprarla con el dinero sobrante (si es que sobraba!) y por suerte, alcanzó para la que queríamos, así que salimos del local con una amplia sonrisa y nuestra nueva cámara… Es una Kodak y ya la presentaremos en sociedad.

Subte expreso y al norte de nuevo, hacia la calle 116, donde recorrimos el campus de la universidad de Columbia, una de las top5 del mundo junto con Yale, Oxford, Harvard y otra que no recuerdo. Rodeada de librerías, barcitos y los edificios de las diferentes fraternidades.

Bajamos un par de calles y pasamos por la enorme catedral de la ciudad, la iglesia St. Jhon of the Divine.

Y finalmente terminamos almorzando en 112 y Broadway, un restaurante que algunos reconocerán por la foto y otros no verán mas que un lugar común y corriente, pero para nosotros que somos fanáticos de la serie, era imperdonable pasar por esta ciudad y no ir a comer algo al dinner donde solían reunirse, en la ficción, Seinfeld y sus amigos.

El famoso Monk’s que en realidad se llama Tom’s era usado en la serie como la fachada del bar, sin embargo los interiores se filmaban en estudio, pero eso no impide que este bar aproveche su fama y se haya convertido en un punto turístico.

Por la tarde del domingo Sole aprovechó para hacer dos clases pegaditas, de las tres que le quedan por cumplir en el Broadway, mientras yo me iba a dar un paseo por el edificio de la ONU y su aledaño Tudor City, un hermoso barrio con edificios de ese estilo, levantado sobre una zona alta de la ciudad donde suelen vivir embajadores y funcionarios de las naciones unidas con vistas al río y al mismísimo edificio de la ONU, que por supuesto, estaba cerrado, en remodelación y completamente sin encanto.

Al regreso, fui a buscar a Sole, cenamos por ahí y de nuevo al hotel… a ver si empezamos a organizar el tema de las valijas.