Villa Gral Belgrano - Dia 5

Jueves 25/12/2008

La mañana de Navidad, nos levantamos y desayunamos temprano, porque teníamos planeado ir a pasar el día a La Cumbrecita. La distancia no era mucha (poco mas de 40Km), pero al ser por caminos de ripio y en ascenso, no se puede ir a mucha velocidad y los tiempos se hacen mas largos. La ruta esta en muy buenas condiciones y no es nada complicado llegar, pero es imposible ir rápido.

Este es el único pueblo peatonal del país, lo que significa que uno llega hasta la entrada, deja el auto en un estacionamiento ($15 todo el día) y a partir de ahí todo es de a pié. Es una gran idea, en especial para proteger un lugar paradisíaco como es esta villa de montaña.

Lo primero que uno encuentra al ingresar al pueblo es la zona céntrica, el area comercial, con las oficinas de turismo, la municipalidad, algunos hoteles y muchos locales de gastronomía y artesanías... Lamentablemente, el hecho de ser 25 de Diciembre, hizo que prácticamente todo estuviera cerrado. Las únicas excepciones fueron la oficina de turismo, un bar y un único lugar para comer.

De todas formas, eso no afectó demasiado nuestros planes, ya que este lugar es para recorrerlo y descubrir la cantidad de bellezas naturales que entrega a cada paso, así que conseguimos nuestro planito y cámara en mano empezamos la caminata.
Así pasamos por "La Olla", una pequeña cascada que caía en un gran piletón de agua transparente y algo fría, rodeada de piedras de gran tamaño. En su parte más profunda, la olla cuenta 8mts.
Pudimos ver en muchos tramos del recorrido, los aroyos que se formaban con agua que baja de la montaña y sentados en la orilla, en medio de una gran vegetacion, disfrutar del sonido como si fuese nuestro propio jardín Zen.

De la Olla, seguimos camino hasta el "Lago de las truchas" que se formaba en una curva de la bajada y se veía a las pequeñas truchas nadar tranquilamente e incluso acercarse hasta donde estabamos nosotros.
El tramo más complicado, o más largo fue llegar hasta la "Cascada Grande" que se encontraba bastante alto y bastante adentro de la montaña, por un sendero de única mano tras 20 minutos de caminata.
De todas formas, el paisaje lo valía... Una caída de 14 mts que escupía agua desde el corazón de la montaña hasta un pozo transparente, y que luego se transformaba nuevamente en arroyo para desaparecer entre el verde de los árboles.
Después de ver la casacada, y de una parada para rehidratarnos, seguimos camino hasta la pequeña capilla levantada por un grupo de vecinos decendientes de alemanes en la década del 60. Y cerrando el circuito, volvimos al centro del pueblo cruzando las tres plazas, la de la fuente, la de los pioneros y finalmente la plaza del ajedrez, donde se encuentra un tablero pintado en el piso con fichas gigantes esperando para jugar una partida.


De aquí en más no hubo tiempo para fotos porque el cielo se puso negro y tuvimos que correr hasta el estacionamiento... Bastó que llegaramos a la ruta para que cayera sobre nosotros (y sobre el auto) una terrible tormenta de granizo, que nos bancamos con la mayor calma, porque en el camino de montaña no teníamos ni un solo lugar donde parar y ponernos a resguardo.

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