2011 Eleuthera: Ten Bay Beach
Jueves 24 de Febrero de 2011:
Después de tanto atlántico, decidimos probar nuevamente las aguas del caribe y apuntamos con nuestro Buick hacia el sur.
El nombre del lugar elegido: Ten Bay Beach, una pequeña bahía escondida al final de un camino bastante complicado, en muy mal estado y colmado de rocas traicioneras. Sin embargo, el destino valía cada uno de los golpes que le dimos al auto.
No importa cuantas playas hemos visitado, ni lo increíble que parezcan... siempre hay una nueva que te sorprende mas que la anterior, y eso nos paso con esta pequeña playa en forma de bahía con extremos rocosos y solo 2 viviendas sobre la playa.
Arena blanca, aguas transparentes y nada profundas. Recién a los 100 metros mar adentro el agua comenzaba a ser un poco mas profunda, y nos llegaba a las rodillas. Es como un gran banco de arena que cambiaba de color según la profundidad. Arena a los tobillos, celeste a las rodillas, turquesa a la cintura y de allí hasta los dos veleros a los que se podía llegar caminando se iba volviendo cada vez mas azul. Maravillso!
Por suerte, la playa tenia muchas zonas con vegetación Grandes áreas con arboledas que daban sombra naturalmente. Las famosas casuerinas. Tan fantástica nos pareció esta playa que el tiempo se nos paso volando y ya entrada la tarde decidimos volver para hacer un almuerzo tardío Cruzamos la Queens Highway y nos fuimos del alado del atlántico, entramos en Double Bay Beach en busca de algún lugar para comer, pero solo encontramos una gigantesca playa casi desierta, muy ventosa y sin bares a la vista.
Retomamos la ruta y pensamos detenernos en el barcito de Club Med, pero estando tan lejos de casa y siendo tan tarde, preferimos volver y cenar en la cabaña.
Después de tanto atlántico, decidimos probar nuevamente las aguas del caribe y apuntamos con nuestro Buick hacia el sur.
El nombre del lugar elegido: Ten Bay Beach, una pequeña bahía escondida al final de un camino bastante complicado, en muy mal estado y colmado de rocas traicioneras. Sin embargo, el destino valía cada uno de los golpes que le dimos al auto.
No importa cuantas playas hemos visitado, ni lo increíble que parezcan... siempre hay una nueva que te sorprende mas que la anterior, y eso nos paso con esta pequeña playa en forma de bahía con extremos rocosos y solo 2 viviendas sobre la playa.
Arena blanca, aguas transparentes y nada profundas. Recién a los 100 metros mar adentro el agua comenzaba a ser un poco mas profunda, y nos llegaba a las rodillas. Es como un gran banco de arena que cambiaba de color según la profundidad. Arena a los tobillos, celeste a las rodillas, turquesa a la cintura y de allí hasta los dos veleros a los que se podía llegar caminando se iba volviendo cada vez mas azul. Maravillso!
Por suerte, la playa tenia muchas zonas con vegetación Grandes áreas con arboledas que daban sombra naturalmente. Las famosas casuerinas. Tan fantástica nos pareció esta playa que el tiempo se nos paso volando y ya entrada la tarde decidimos volver para hacer un almuerzo tardío Cruzamos la Queens Highway y nos fuimos del alado del atlántico, entramos en Double Bay Beach en busca de algún lugar para comer, pero solo encontramos una gigantesca playa casi desierta, muy ventosa y sin bares a la vista.
Retomamos la ruta y pensamos detenernos en el barcito de Club Med, pero estando tan lejos de casa y siendo tan tarde, preferimos volver y cenar en la cabaña.
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